Hace horas que estoy tratando de escribir sobre la soledad, ese sentimiento que por días perfora. Esos momentos donde las razones no parecen ser tan claras. He escrito mucho sobre la soledad, aunque este blog no ha sido testigo de ello. Hoy hemos decidido retomar el tema. Durante mucho tiempo creí estar solo, pero para mi buena fortuna he llegado a la conclusión de que tan solo, me siento solo. Ustedes podrán preguntarse cual es la diferencia, pero existe una y muy grande. ¿Ya se dieron cuenta de cual es? Es que lo mío es una sensación, un sentimiento; el deseo de tener a alguien en un momento determinado para realizar o compartir “eso”, y el no poder concretarlo. Cuantas veces quisimos desayunar con ese alguien, tomar una cervecita o hasta pasar una noche tan solo abrazados? Pero no elegimos a cualquiera para esto, queremos que sea esa “persona” que hace que ese momento se haga único. Esto es muy distinto al estar solo, estar se está (vale la redundancia?), podemos hacer cosas para ca...