Hace horas que estoy tratando de escribir sobre la soledad, ese sentimiento que por días perfora. Esos momentos donde las razones no parecen ser tan claras.
He escrito mucho sobre la soledad, aunque este blog no ha sido testigo de ello. Hoy hemos decidido retomar el tema.
Durante mucho tiempo creí estar solo, pero para mi buena fortuna he llegado a la conclusión de que tan solo, me siento solo. Ustedes podrán preguntarse cual es la diferencia, pero existe una y muy grande.
¿Ya se dieron cuenta de cual es?
Es que lo mío es una sensación, un sentimiento; el deseo de tener a alguien en un momento determinado para realizar o compartir “eso”, y el no poder concretarlo. Cuantas veces quisimos desayunar con ese alguien, tomar una cervecita o hasta pasar una noche tan solo abrazados? Pero no elegimos a cualquiera para esto, queremos que sea esa “persona” que hace que ese momento se haga único.
Esto es muy distinto al estar solo, estar se está (vale la redundancia?), podemos hacer cosas para cambiarlo, pero hoy no contamos con nadie que este dispuesto a acompañarnos desde “su” lugar, ese que hemos decidido otorgarle a el (o ella) y han aceptado adoptar.
En mi experiencia personal (hablo en primera persona para mantener la identidad reservada de mis informantes), existe un tercer estadío, en el cual hay alguien que quiere acompañar pero no hay conexión.
Acá el abanico se va abriendo, en querer estar y no saber como, en indiferencia de alguno de los lados, o simplemente en que la compañía sea superficial. Todas situaciones complejas, con las cuales es muy difícil de lidiar, entender, y terminar si es necesario.
Es habitual que tratemos de ayudar a alguien pero que del otro lado no lo perciban, esto genera un doble circuito de frustración, para el que trata de ayudar impotencia, ya que sus esfuerzos son en vano. Para el que espera esa ayuda/compañía, desilusión al seguir sintiéndose igual.
Otro caso que se suele dar es la dedicación unilateral, uno entrega y del otro lado solo lo disfrutan, y en algunos casos lo padecen, lo cual es peor. Por lo cual, podemos entrar nuevamente en un doble circulo de frustración.
El tercero, y el más complicado a mi entender es el de la superficialidad. Usualmente son vínculos, donde parece ser todo “correcto”, esta todo en “orden”. Como una amiga diría, estamos con el príncipe azul, lo lamentable es que …. destiñe (ojo!!!! que el vestido blanco de la princesas se tiñe si lo mezclamos con ropa de color también). El problema reside en nosotros mismos en la frustración de sentir que estamos solos y la falta de impulso que solemos encontrar para romper con los modelos mentales propios o sociales autoimpuestos.
En alguna oportunidad compare estas situaciones con los casos de violencia familiar (salvando las distancias obviamente), donde uno suele esperar constantemente un cambio de actitud del otro lado, pero sabiendo en el foro mas intimo que esto es casi imposible de que suceda. Atado a la esperanza se apuestan años de vida.
Con el tiempo los infiernos íntimos aumentan, cada vez hay mas preguntas sin respuestas y ... nos sentimos mas solos.
En este punto me viene a la mente otra analogía (la cual probablemente también sea criticada), y va asociada con la ciencia.
Nosotros vivimos con un modelo científico, paradigma, cuando este modelo no responde a nuevos descubrimientos se busca la justificación a través de excepciones o explicaciones muy complicadas, a esto se lo llaman anomalías. Cuando la suma de las mismas es tan grande que se hace imposible mantener el paradigma, este se cambia por uno nuevo.
Parece que socialmente e individualmente trabajamos de la misma manera, Según Wells en el proceso de traslación del viejo conjunto de ideas al nuevo (cambio de paradigma), la comunidad de científicos sigue un número de pasos determinados:
Es una posición simplista, lo se, pero es una y es la mía, se esperan las tuyas.
PD: Estimados, el argumento de la violencia familiar es una analogía, no es la intención minimizarla. Disculpen el atrevimiento. (las licencias artísticas solo aplican a ellos, por eso queda fuera de la explicación)
PD2: La tesis sobre los paradigmas es de Kuhn, por si les interesa.
He escrito mucho sobre la soledad, aunque este blog no ha sido testigo de ello. Hoy hemos decidido retomar el tema.
Durante mucho tiempo creí estar solo, pero para mi buena fortuna he llegado a la conclusión de que tan solo, me siento solo. Ustedes podrán preguntarse cual es la diferencia, pero existe una y muy grande.
¿Ya se dieron cuenta de cual es?
Es que lo mío es una sensación, un sentimiento; el deseo de tener a alguien en un momento determinado para realizar o compartir “eso”, y el no poder concretarlo. Cuantas veces quisimos desayunar con ese alguien, tomar una cervecita o hasta pasar una noche tan solo abrazados? Pero no elegimos a cualquiera para esto, queremos que sea esa “persona” que hace que ese momento se haga único.
Esto es muy distinto al estar solo, estar se está (vale la redundancia?), podemos hacer cosas para cambiarlo, pero hoy no contamos con nadie que este dispuesto a acompañarnos desde “su” lugar, ese que hemos decidido otorgarle a el (o ella) y han aceptado adoptar.
En mi experiencia personal (hablo en primera persona para mantener la identidad reservada de mis informantes), existe un tercer estadío, en el cual hay alguien que quiere acompañar pero no hay conexión.
Acá el abanico se va abriendo, en querer estar y no saber como, en indiferencia de alguno de los lados, o simplemente en que la compañía sea superficial. Todas situaciones complejas, con las cuales es muy difícil de lidiar, entender, y terminar si es necesario.
Es habitual que tratemos de ayudar a alguien pero que del otro lado no lo perciban, esto genera un doble circuito de frustración, para el que trata de ayudar impotencia, ya que sus esfuerzos son en vano. Para el que espera esa ayuda/compañía, desilusión al seguir sintiéndose igual.
Otro caso que se suele dar es la dedicación unilateral, uno entrega y del otro lado solo lo disfrutan, y en algunos casos lo padecen, lo cual es peor. Por lo cual, podemos entrar nuevamente en un doble circulo de frustración.
El tercero, y el más complicado a mi entender es el de la superficialidad. Usualmente son vínculos, donde parece ser todo “correcto”, esta todo en “orden”. Como una amiga diría, estamos con el príncipe azul, lo lamentable es que …. destiñe (ojo!!!! que el vestido blanco de la princesas se tiñe si lo mezclamos con ropa de color también). El problema reside en nosotros mismos en la frustración de sentir que estamos solos y la falta de impulso que solemos encontrar para romper con los modelos mentales propios o sociales autoimpuestos.
En alguna oportunidad compare estas situaciones con los casos de violencia familiar (salvando las distancias obviamente), donde uno suele esperar constantemente un cambio de actitud del otro lado, pero sabiendo en el foro mas intimo que esto es casi imposible de que suceda. Atado a la esperanza se apuestan años de vida.
Con el tiempo los infiernos íntimos aumentan, cada vez hay mas preguntas sin respuestas y ... nos sentimos mas solos.
En este punto me viene a la mente otra analogía (la cual probablemente también sea criticada), y va asociada con la ciencia.
Nosotros vivimos con un modelo científico, paradigma, cuando este modelo no responde a nuevos descubrimientos se busca la justificación a través de excepciones o explicaciones muy complicadas, a esto se lo llaman anomalías. Cuando la suma de las mismas es tan grande que se hace imposible mantener el paradigma, este se cambia por uno nuevo.
Parece que socialmente e individualmente trabajamos de la misma manera, Según Wells en el proceso de traslación del viejo conjunto de ideas al nuevo (cambio de paradigma), la comunidad de científicos sigue un número de pasos determinados:
- Reconocimiento de anomalías
- Período de inseguridad.
- Desarrollo de grupos de ideas alternativos.
- Identificación de escuelas de pensamiento.
- Dominación de las nuevas ideas.
- Reconocimiento de inconvenientes.
- Período de inseguridad.
- Desarrollo de grupos de ideas (Charlas con amigos, terapias, counceling o lo que prefieran).
- Identificación del problema.
- Toma de decisiones sobre nuestra vida.
Es una posición simplista, lo se, pero es una y es la mía, se esperan las tuyas.
PD: Estimados, el argumento de la violencia familiar es una analogía, no es la intención minimizarla. Disculpen el atrevimiento. (las licencias artísticas solo aplican a ellos, por eso queda fuera de la explicación)
PD2: La tesis sobre los paradigmas es de Kuhn, por si les interesa.
Comentarios
2º As my Dear friend Kuhn affirms, muchas veces todo el proceso de cambio de paradigmas está servido en bandejas y sin embargo, el terraquito que debe dar el último paso no lo ve o no quiere...