Las
caras de la soledad pasan, saludan se emborrachan.
Parado
en la barra veo pasar los rostros sin color de la vida que sobreviven.
Cuál
es el sentido del todo, si la supervivencia es el fin.
Conocen
la felicidad aquellos que no tienen oportunidad de tocarla?
Sonando
en el mientras esa melancolía de rock Argento, que no logra despegarse del
tango. sus rostros se rasgan, por el sol, por el frío por la soledad de
la no espera.
La
intoxicación acompaña la desesperanza de la vuelta a casa. Sin brazos que
abracen, ni bocas que besen, cuál es el fin del retorno. Cuál es el fin de
mañana cuando pareciera que no debe comenzar.
Soy
testigo de las imágenes descoloridas de las almas solas, de espíritus
quebrados, de desesperanza.
Pensando
pienso, en que momento, fue que ocurrió, que su rostro se rasgo, su retorno no
tuvo fin, su desesperanza perforó su ser.
Destino
cierto el de caminar a la vera de la prostituida felicidad que dijeron
prometer y que no existió, existe o existirá.
El
porque de estas palabras, aquí junto a la barra, que no tienen destino excepto
Yo, es el cuestionamiento de mi.
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