Ir al contenido principal

cayó

Nunca creíste.
Nunca supiste.
Nunca viste
Nunca existió.

Pero cayó, como esa gota que rebalsó el vaso. Como esa moneda en el limosnero. De esta manera oportunamente es como cayó.

Tal vez creíste.
Tal vez supiste.
Tal vez viste
Tal vez existió

Pero cayó, como cae la noche después de un día soleado. Como caen tus pestañas sobre tus ojos. De esta manera tan omnipresente es como cayó.

Siempre creíste.
Siempre supiste.
Siempre viste
Siempre existió.

Pero cayó, como cayo mi sueño en la realidad. Como cae mi mano en tu cintura. De esta manera inocente es como supe.

Supe que creíste
Supe que supiste
Supe que viste
Supe que existió

Desde siempre.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me encantó!

Entradas populares de este blog

Decisiones

Que somos es una sumatoria de sucesos que nos traen a este momento. La manera en que somos, como vivimos y como actuamos, depende de lo que hemos vivido y como interpretamos esa realidad. Que es lo que sucede cuando estos momentos, esos justos instantes donde debíamos tomar una decisión, no ponemos lo mejor de nosotros? Las respuestas son múltiples y las habrá tantas como interlocutores este blog tenga, pero la conclusión debería ser única, una gran duda. La pregunta del que hubiera pasado si ….. nos puede seguir el resto de la vida, cuestionando las decisiones de nuestra vida a futuro y no permitiendonos disfrutar el presente sin aprender tampoco de los aciertos y errores. La confianza tarda años en construirse y segundos en destruirse, esto no solo afecta a las relaciones entre individuos, géneros, culturas, entre millones que se podrían enumerar, sino también a una mucho mas cercana, mas intima, la relación con uno mismo. La confianza en las decisiones que uno toma hace que puedas a...

Tridente

Hoy, cuando después de tanto esperar ya no estas mas con el, no se quien soy. Ayer, cuando me prometías amor, cuando lo esperaba con ansias, cuando simplemente te amaba, el presente no era nuestro. Hoy, cuando tu cuerpo tibio toco mi piel, cuando nuestro amor debía ser uno, su aroma era pasado. Ayer, cuando eras mía sin serlo, cuando te esperaba sin recelos, cuando mi vida era tuya, y míos tus momentos. Hoy que estando aquí ya no soy quien era, hoy que tu por fin eres mía, desde la lejanía de los recuerdos te extrañó... Me extrañó. Mañana, cuando despiertes y preguntes y pregunte porque mi ayer y tu hoy no se encontraron, no habrá respuesta.

Solos?

Hace horas que estoy tratando de escribir sobre la soledad, ese sentimiento que por días perfora. Esos momentos donde las razones no parecen ser tan claras. He escrito mucho sobre la soledad, aunque este blog no ha sido testigo de ello. Hoy hemos decidido retomar el tema. Durante mucho tiempo creí estar solo, pero para mi buena fortuna he llegado a la conclusión de que tan solo, me siento solo. Ustedes podrán preguntarse cual es la diferencia, pero existe una y muy grande. ¿Ya se dieron cuenta de cual es? Es que lo mío es una sensación, un sentimiento; el deseo de tener a alguien en un momento determinado para realizar o compartir “eso”, y el no poder concretarlo. Cuantas veces quisimos desayunar con ese alguien, tomar una cervecita o hasta pasar una noche tan solo abrazados? Pero no elegimos a cualquiera para esto, queremos que sea esa “persona” que hace que ese momento se haga único. Esto es muy distinto al estar solo, estar se está (vale la redundancia?), podemos hacer cosas para ca...